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El nombre específico para llamar a este fluido es secreción vaginal. Este término abarca cualquier fluido no menstrual que salga de la vagina, puede ser el de la excitación, espermatozoides de un encuentro sexual y también, cómo no, el llamado fluido cervical. Este último es conocido también como mucosidad cervical y es uno de los principales componentes que tiene el flujo vaginal. Este flujo está producido por las células del cuello uterino y puede estar en diferentes estados según el ciclo: puede ser espeso, pegajoso o cremoso. Cuando empieza a conocer a tu cuerpo y vas viendo cómo reacciona el flujo te puede dar pistas sobre cómo se encuentra tu organismo y en qué fase del ciclo te encuentras. Se trata de unas señales que indican los cambios hormonales que suceden en tu cuerpo. Esto quiere decir que puedes saber si estás o no ovulando o si, por ejemeplo, ha aumentado el estrógeno.

El fluido cervical

La función de este fluido es muy importante y por ello existe. Para que un embarazo se produzca hace falta un óvulo, un espermatozoide y un fluido cervical fértil. Este fluido es el que permite que los espermatozoides viajen al útero y lleguen al óvulo que será fecundado. El cuello uterino es una especie de pasillo que se encuentra entre el tracto reproductivo inferior y superior. Alrededor y dentro de esta zona hay unas glándulas que generan el fluido. A medida que el cuerpo cambia, las hormonas también lo hacen y estas son las encargadas de mostrar los diferentes estados en los que se encuentra el fluido como por ejemplo su consistencia u opacidad.

Cómo es

Seguramente te ha ocurrido que, antes de los días de regla, aparece más cantidad de flujo, esto es completamente normal, eso quiere decir que puedes estar pasando por la ovulación y el fluido cervical aparece preparándose para hacer el camino más fácil a la hora de la fecundación. Es muy importante conocer cómo es este fluido, cuando lo tengas examina si es más pastoso o más gelatinoso, también debes fijarte en su color y, cómo no, en su olor. Con esta última característica se puede averiguar si existe una infección ya que el olor cambia repentinamente si esto es así. Otra forma de conocer el fluido cervical es con papel higiénico, este debería tener que ser visible en el papel. No obstante cada cuerpo lo genera de manera diferente, con lo cual no te alarmes si esto no es así. En el caso de que el cambio sea muy brusco, lo ideal es consultar con un profesional.

El flujo y su cronología

Si contamos el primer día como el de la menstruación debemos saber que en este punto los niveles de estrógeno y progesterona son bajos, estos niveles son los que determinan la producción del fluido. En cualquier caso, al tener la regla, no podrás notar en exceso cómo es. Cuando termina la menstruación lo normal (es decir, por lo general) es que no hay mucho fluido, si aparece estará seco o estará ausente. A partir de aquí llega la fase de ovulación, la primera que es la que lo provoca, en este punto puede aparecer fluido cervical y será según sea para cada cuerpo: blanco, más o menos cremoso, pegajoso… Cuando los niveles de estrógeno aumentan el cuello uterino genera más líquido. Es posible que al principio pueda ser más espeso y a medida que avanza esta etapa se vuelva más líquido y cremoso. Para saber si estás en esa fase puedes contar los días, si decimos que un periodo ‘normal’ tiene una media de 28 días, alrededor del día 8-10 notarás este fluido. En la segunda etapa de la ovulación el flujo puede parecerse más a la clara de huevo, es más resbaladizo. Toda la zona estará más húmeda porque se prepara para la fecundación. Uno o dos días antes de la ovulación el estrógeno alcanza su punto más alto y sería normal que el fluido aumentara.

Cuando la ovulación termina llega la llamada fase latea. El flujo vaginal cambia en este punto, se habrá vuelto más espeso porque se ha preparado para impedir el paso de los espermatozoides. En esta fase la progesterona (hormona dominante) es la que actúa. Después de esta fase comienza nuevamente la menstruación.

Como decimos siempre, cada cuerpo actúa de manera diferente, solo debemos fijarnos en qué es lo habitual en nosotras y en nuestro organismo para, si sucede un cambio repentino, podamos entender qué pasa y consultar a alguien que nos lo pueda explicar mejor. Debemos siempre mantenernos sanas.

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