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No es una novedad que durante nuestro ciclo menstrual experimentemos diferentes estados anímicos. Las emociones se revolucionan, puede que algo que no sea gran cosa nos haga sentir excesiva tristeza o excesiva felicidad. Lo ideal es que cada persona sepa cómo cambia su cuerpo física y mentalmente. Dentro de este abanico de emociones y cambios de humor puede haber algo que nos afecte más, como por ejemplo el estrés o la ansiedad. Es sabido que experimentar estrés no es agradable para ninguna persona pero vivirlo durante el ciclo menstrual puede provocar cambios. Siempre dependiendo del motivo que genera estrés y de su nivel.

El estrés en sí

Se trata de una reacción fisiológica o psicológica normal que puede ser físico, emocional, social o cultural. Cuando alguien explica que sufre estrés suele hacerlo de forma coloquial, casi nunca hablamos de un estrés crónico o negativo. El estrés puede surgir por infinidad de motivos: presión en el trabajo o en los estudios, inestabilidad en la pareja, despedidas, hacer muchas cosas a la vez… Quien sufre estrés de manera crónica y diagnosticada, por lo general, es alguien que es incapaz de manejar el día a día y las rutinas. Tienen la sensación de que todo escapa de su control y que no son capaces de salir de este bucle. Este tipo de estrés puede realmente afectar de forma negativa a la salud física y mental de una persona.

Estrés y sistema reproductivo

Cuando sufrimos estrés hay una parte de nuestro cerebro que se activa. Esa zona está asociada con el aumento de los niveles de cortisol y de la hormona liberadora de corticotropina, esto puede hacer que se supriman los niveles normales de las hormonas reproductivas, lo que puede hacer que tu ovulación caiga en una irregularidad y de desestabilice. Depende el nivel de estrés que se sufra puede ocurrir incluso la anovulación, es decir, la ovulación no ocurre o la amenorrea, es decir, aunque ocurra ovulación no hay menstruación.

El ciclo menstrual y el estrés

El cuerpo es muy inteligente, si estás pasando por un momento excesivamente estresante, todo tu organismo sabrá que no estás preparada para menstruar. La menstruación puede hacer que nuestras defensas bajen y si estamos estresadas se puede formar un cóctel que nos afecte más de lo habitual. Esto no es algo que nos inventamos, hay varios estudios que han demostrado que hay un vínculo entre el alto estrés y la anovulación, así como también hay vínculo entre alto estrés y ciclos más dolorosos o más largos. Obviamente todo esto depende del cuerpo y de la reacción de cada persona, ya que cada una responderá de una manera diferente.

Es aquí donde también entra el factor del dolor. El estrés puede generar dismenorrea, es decir una menstruación dolorosa. Si acabamos de pasar por una menstruación y los días después empezamos a sufrir altos grados de estrés esto podría afectar al dolor, haciendo que aparezca antes o que, durante la siguiente regla, sea más doloroso.

Control

Es normal que vivamos épocas más estresantes que otras, no es posible tener una vida ausente de estrés. Queremos hacer muchas cosas, nos exigen éxito, trabajo, relaciones sentimentales sanas, relaciones familiares y de amistad fructíferas, hacer deporte… Una infinidad de cosas a las que estamos expuestas día tras día y que hacen que no sea posible vivir sin un poquito de estrés. Lo que sí podemos hacer es aprender a controlarlo. No solo nos puedes afectar a la menstruación, puede afectar a nuestro estado de ánimo, a nuestro descanso, a nuestras relaciones… Hay que aprender a detectar cuando estamos entrando en esta fase, hay que detectarlo para comunicarlo, para hablar con la red más cercana, para buscar soluciones y, sobre todo, para poder estar sanas y vivir una menstruación saludable.

A partir de aquí siempre puedes consultar con un profesional. Quizás estés viviendo una situación de estrés sin saberlo y eso puede estar afectándote sin que te des cuenta. Intenta, como puedas, tener una vida equilibrada, tanto mental como físicamente. Eso te dará energía y tranquilidad y te hará que sea más sencillo que conozcas tu cuerpo y cómo reacciona ante los obstáculos de la vida.

*Foto de portada: Sonia Perdeck

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