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Como hemos leído en muchos de nuestros artículos anteriores, durante el ciclo menstrual nuestras hormonas entran en juego. El estrógeno y la testosterona revolotean a sus aires y, cómo no, esto influye en determinados procesos de nuestro cuerpo como, por ejemplo, en nuestro flujo, así lo contábamos en un artículo anterior. Lo mismo ocurre con la piel, nuestra piel puede cambiar debido al ciclo menstrual y a la fases del mismo. Si lo piensas objetivamente la piel es el órgano más grande y el que funciona como una barrera protectora. Cada noche, la piel del rostro por ejemplo, se resetea. Así que, ¿cómo puede influir nuestro ciclo en ella? Todo depende de cómo la tengas.

La piel en sí

A medida que el tiempo pasa la piel, cómo no, va cambiando. Pasa por muchas fases y, es más, todo lo de su alrededor le afecta. Pongamos un ejemplo que todxs conocemos: durante la pubertad la piel cambia, particularmente la del rostro, es más fácil que nos salga acné. Aunque la comida tiene mucha relación y los hábitos también, es cierto que el cambio hormonal que vivimos durante la adolescencia es tan grande que nuestra piel también se ve afectada. Los cambios que observamos se deben a las llamadas glándulas cebáceas, las. mismas generan una sustancia aceitosa llamada sebo. Entre los 15 y los 35 años es cuando más se produce esta sustancia. Si generas mucho sebo tendrás una piel más grasa que otras, por ejemplo.

El ciclo menstrual y el sebo

Durante el ciclo menstrual la producción de sebo es la que puede cambiar. Un estudio explica que las mujeres con piel grasa sufrieron un aumento de la producción del sebo durante la semana anterior a la menstruación. Es por ello que, cuando la regla está por llegar, puedes observar que tienes mayor facilidad para que te salgan granitos. Si eres una persona que no tiene la piel muy grasa, aunque no hay grandes cambios, es posible que también tengas mayor aparición de granitos. Las hormonas, como explicábamos, se están moviendo y generan que la piel reaccione de esta manera. Es el estrógeno el que juega un papel destacado en la salud general de la piel, es más: el estrógeno es encargado también de la producción de colágenos, hidratación de la piel e incluso la cicatrización de las heridas.

Sensibilidad y anticonceptivos

No solo puede haber aparición de acné durante las semanas previas o la misma semana de la menstruación. La piel puede volverse más sensible, como el estrógeno cambia durante el ciclo, el descenso de los niveles haría que la piel tuviera esa sensibilidad. Sí es cierto que algunas personas que usan anticonceptivos observan una reducción en los brotes de granitos. ¿El motivo? La píldora anticonceptiva suprime la ovulación y esto hace que las hormonas estén bajo control. La sensibilidad que nombrábamos se refleja, por ejemplo, en la sudoración del cuerpo y presente en la piel. La temperatura corporal aumenta durante la segunda mitad del ciclo. Obviamente esto entra dentro de los parámetros, digamos, normales. Si la temperatura cambia en exceso, lo ideal es consultar qué le ocurre al cuerpo con un profesional.

Es muy importante, como explicamos siempre, conocer nuestros cuerpos y conocer de qué manera pueden cambiar. Si se habla de menstruación la empezaremos a normalizar y para hablar de ello también hay que hablar de cómo influye en cada parte de nosotras.

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