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El tiempo que hemos tenido de descanso ha venido bien para retomar la rutina con fuerza. No es sencillo mantener las ganas despiertas pero septiembre es un mes lleno de oportunidades. Aún así no es poco el tiempo en el que, de repente, comienza el ajetreo. Veníamos con la calma de las vacaciones y, nuevamente, estrés y agobio tanto si se trata de trabajo como si se trata de estudios. Todo el abanico que tenemos delante se abre y nos entra un poco de ansiedad. Este tipo de caos no es nada bueno para nuestro cuerpo y, por tanto, para nuestro ciclo menstrual. Así lo comentábamos en otro artículo, es por ello que es necesario hablar de la meditación y de cómo nos puede influir positivamente al ciclo menstrual.

La meditación

No es sencillo aprender a meditar pero tampoco es lo más complicado del mundo. A veces tenemos la idea equivocada de que conlleva mucho esfuerzo pero una vez que empiezas, poco a poco, darás con la técnica ideal para progresar y avanzar. Para entender qué es debemos saber que es una práctica en la que el cuerpo y la mente funcionan como un todo, ambas partes enfocan la atención o bien en un pensamiento, o bien en un estado o en una experiencia. Hay varias formas de practicar la meditación, se puede hacer a través de ejercicios de respiración, a través del yoga o a través de una guía que nos ayude.

Los cambios

Practicar la meditación es bueno para cualquier persona. Ha sido probado que esta práctica promueve cambios mentales y físicos como mejoras en la salud mental. Es posible que a través de la meditación el estrés disminuya y los sentimientos de ansiedad o tristeza también vayan desapareciendo. El estrés y estas otras afecciones hacen que el ciclo menstrual empeore, puede repercutir, por ejemplo, en la fertilidad o en los dolores de la menstruación, haciendo que sean más graves o más prolongados. A través de la meditación se producen cambios en la forma de gestionar el estrés y en cómo nos afecta.

Beneficios

Uno de los principales beneficios que tiene la meditación sobre el ciclo menstrual es que hace que los sçintomas del síndrome premenstrual, como dolor e hinchazón en los pechos, mareos o dolor de cabeza, entre otros, disminuyan. Se mejoran, asimismo, los síntomas emocionales, tenemos mayor control sobre lo que sentimos, sobre lo que pensamos, sobre lo que deseamos, como si una capa de calma nos cayera encima y nos ayudara a verlo todo mucho mejor. La meditación, si va acompañada con actividades silenciosas, se potencia. Por ejemplo, si nos cuesta mucho mantener la práctica de la meditación cada día, podemos sustituirla por actividades como la lectura. Esto también ayuda a mejorar los síntomas. No solo beneficia a quienes tienen la menstruación pues también muestra beneficios para mujeres con menopausia, hace que los sudores nocturnos o los sofocos disminuyan.

Es muy positivo considerar esta práctica en nuestro día a día. No hace falta empezar de forma constante y sin pausa, puede ir probando, por ejemplo, antes de irte a dormir con ejercicios de respiración, lo único que tienes que hacer es concentrarte en cómo el aire entra y sale de tu cuerpo, si consigues mantener esa imagen durante un buen rato sin que entren otros pensamientos intrusivos, ya estarás practicando la meditación. Poco a poco el control sobre tu mente y tu cuerpo aumentará.

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