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La llegada del verano nos encanta, se acercan las vacaciones, se acabaron los abrigos, la vida se llena de planes. El principio de esta época del año es genial, lo más complicado empieza cuando las temperaturas alcanzan picos insoportables. Es cierto que es más fácil deshacerse del frío que del calor, por mucho ventilador o aire acondicionado que tengas a tu alrededor, será más bien difícil que no haya al menos un rato al día en el que no estés sufriendo por culpa de dichas temperaturas. Esto que para cualquier persona puede ser una realidad es aún más importante cuando se habla de tener que pasar por la menstruación con esos calores infernales. Para muchas mujeres el verano y los días de calor significan tener una menstruación más dolorosa y una sensación mayor de hinchazón, así que ¿cómo sobrellevar esto y por qué nos ocurre?

El verano

No es extraño que durante esta época del año la regla sea más abundante, con mayor flujo y un poco más de dolor. También puede ocurrir que los ciclos menstruales son más cortos. Esto no es algo que le pasa a una única persona ni tampoco es una sensación extraña, que ocurra esto tiene relación con el cambio de la estación, las horas de luz y también el ritmo vital que adoptamos cuando llega el verano. En un estudio publicado en Gynecol Endocrinol, una revista dedicada a temas ginecológicos, explica que la climatología es un factor relevante en la duración de nuestros ciclos y la cantidad de flujo menstrual que tenemos. La luz solar, como explican, influye en nuestra ovulación y en la duración de la regla de cada uno de los ciclos.

La duración y el dolor

El estudio determinó que los ciclos se acortan por la mayor frecuencia de ovulación, de ahí el motivo por el cual es posible (obviamente no le pasa a todas las mujeres porque cada cuerpo es distinto) que en verano dure menos la regla. En invierno, puede ocurrir que vivamos mayores retrasos, que tengamos reglas más irregulares y esto es una respuesta del cuerpo al cambio de estación y a la disminución de luz por la bajada de las temperaturas. Y claro, ¿a qué viene el dolor y esa enorme sensación de hinchazón que pueden vivir muchas mujeres durante el verano? Durante los días de más calor aumenta la sensación de cansancio y el cuerpo parece que pesara más, esto puede ocurrir porque el calor es, por ejemplo, uno de los causantes de la retención de líquidos, los vasos sanguíneos con el calor se dilatan y estos dos hechos hacen que, a su vez, la sangre fluya más lentamente. A todo esto hay que sumarle que, durante los días de altas temperaturas, sudamos más lo cual provoca una disminución de los líquidos y los minerales del cuerpo.

Qué hacer

Es muy importante atender a los hábitos: la ropa que utilizas, la alimentación y la bebida que habituamos a comer durante el verano influye en la menstruación. Durante esta época del año puede que las comidas se hagan a deshoras o que no tengas hábitos saludables como ir al gimnasio. No pasa nada con ello, no estamos diciendo que sea negativo ni que hay que cambiarlo, solo debemos saber que todo ello también hace que nos sintamos algo más cansadas. Para poder reducir esta sensación y el dolor que podamos sentir lo ideal es tener una buena alimentación, hidratarnos muchísimo, descansar y dormir bien. Durante las horas de sueño sería ideal estar fresquita pero no pasarse con el aire ni con el ventilador. Nuestra copa menstrual es ideal para las horas de sueño porque no sientes que la llevas puesta y no te tienes que preocupar por si mancharás o no, ya que no tiene filtración ninguna. Usar este tipo de productos mejorará cualquier sensación, ya que con las compresas tendrás más calor y mayor sudoración, con lo cual seguramente te sientas más incómoda.

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