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A mi alrededor muchísimas de mis amigas usaban la copa menstrual. Todas me la habían recomendado infinidad de veces, todas me habían hablado de todas las características positivas que la acompañaban. No me faltaba decisión, me faltaba tener una opción que me convenciera del todo. Entre dudas y el paso del tiempo, llegó a mi vida MeneCup. En primer lugar tenía que averiguar cuál era mi talla, para ello consulté la calculadora de tallas de la web y, sabiendo que mi regla dura de dos a tres días y que mi sangre no es muy a abundante, la talla A sería la indicada.

Día previo al primer día de regla

Mi menstruación es bastante regular, entonces tengo (más o menos) la certeza del día en el que me vendrá. Gracias a ello, decidí probar la copa antes de que me bajara la regla. Para ello, lo primero que había que hacer era esterilizarla. Cogí un cazo y, cuando el agua hirvió, la introduje durante algunos minutos. Después de secarla, fui al baño y empecé la hazaña. Siguiendo las instrucciones de doblado, la puse en la posición ideal y la introduje. Debo admitir que, al principio, me costó, no estaba segura de estar haciéndolo bien. Una vez que la tuve dentro me sorprendí, porque creía que o bien no me entraría o bien la sentiría de forma molesta. Nada de esto ocurrió. Antes de extraerla decidí probar a estar con ella puesta durante un tiempo, caminé por mi casa, me tumbé, me hice la comida. Durante la experiencia solo había comodidad y libertad.

Después de estar un rato probándola decidí extraerla, ya que había oído que esta parte era un poco más complicada y que, por lo general, quien se estrena en su uso, se asusta si es difícil extraerla. Esto no me costó en absoluto. La copa de MeneCup tiene una terminación y un agarre que hace que su extracción sea facilísima. Es cierto que hay que hacerlo con algo de fuerza, ya que la copa hace vacío para que no haya ningún tipo de pérdida.

Día uno de regla

El hecho de que la copa no tuviera nada de pérdida me pareció fenomenal, ya que el primer día de regla había comprado una sesión de spa y masaje y no me sentía cómoda llevando un tampón. Por la mañana me di cuenta, con unas pocas pérdidas, que era mi primer día de regla. Después de ducharme, decidí ponerme la copa y empezar el día. La tuve durante las siguientes ocho horas y, antes de ir al spa, la vacié. Para ello fui al baño, me senté en el váter y la vacié, fue muy fácil y, dado que el lavamanos estaba cerca, dejé la copa ahí y me limpié. Tras esto, solo tenía que enjuagar un poco la copa y volver a introducirla. Si ocurre que el lavamanos no lo tienes cerca, puedes limpiarla y recubrirla con un poco de papel hasta que puedas acercarte a lavarla.

Día dos de regla

El segundo día de regla es cuando mi menstruación es más abundante. Tras vivir la experiencia del spa en el que todo el recorrido había sido comodísimo y ni siquiera me había acordado que llevaba la copa, decidí también probarla para dormir. Después de llegar a casa y ducharme, justo antes de irme a la cama vacié la copa y la introduje. Al ser fin de semana, entendí que dormiría más de ocho horas y, por ello, quise ponérmela vacía del todo. Al despertarme recordé que la tenía y, con algo de miedo, miré las sábanas y mi ropa por si había manchado alguna parte. Y no había nada, cero pérdidas. Esto me sorprendió porque cuando vacié la copa me di cuenta que era el día de regla con más sangre. Me alegré porque me he dado cuenta que sí, que se puede dormir perfectamente con la copa menstrual puesta.

Día tres de regla

El tercer día mi regla comienza a menguar, no es nada abundante. Esto también lo supe gracias a la copa, ya que después de extraerla por la tarde, apenas había sangre para vaciar. El tercer día fue el que más libertad tuve. Seguí utilizando la copa pero, al tener la experiencia de los días anteriores, no tuve ningún tipo de duda de su eficacia y su comodidad. Ahora la copa menstrual forma parte de mi vida y he dejado de utilizar otros productos de higiene menstrual que, al final, aunque pueden ser cómodos están generando un impacto terrible en el medio ambiente.

Mi conclusión es que, aunque tengas dudas o miedos, pruebes la experiencia porque pueden recomendarte muchísimas cosas de muchas maneras que, hasta que no lo pruebas, no sabes exactamente si es una buena opción para ti. En mi caso, MeneCup ha sido un buen descubrimiento porque se adapta a mi cuerpo y me da la libertad que necesito.

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