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Hemos crecido rodeadas de imágenes hechas. Hemos evolucionado aprendiendo que las cosas se hacen de una manera concreta. Esto no solo ocurre con nuestros comportamientos, dentro de nuestras relaciones o en los vínculos que creamos, pasa, sobre todo, con nosotras mismas. Hemos absorbido que el cuerpo tiene que tener una determinada forma y que debemos movernos de una determinada forma y que tenemos que tener cero cantidad de vello por el cuerpo. Sometemos nuestro cuerpo a la depilación con múltiples instrumentos a pesar de que va en contra de su naturaleza. La zona de la vulva sufre muchísimo si le aplicas cerca caliente, así que ¿por qué nos depilamos? Si reflexionas sobre ello y finalmente te das cuenta que es una decisión tuya antes que una respuesta automática por una cuestión social y cultural, aquí te hablamos de algunos de los riesgos que existen y cómo hacerlo de forma más sana posible (aunque sea bastante complicado).

La depilación en sí

No es lo mismo depilarse con cera que afeitarse con una cuchilla, así como no es lo mismo hacerlo con crema que con láser. Quizás, la mayoría de personas respondan que se depilan por decisión propia, cuando, por ejemplo, van a tener relaciones sexuales o llega la temporada del verano. Los estudios hablan de algo bastante contrario: no hay ni una sola evidencia científica que aclare que la zona genital depilada genere mayor placer. Es bastante sencillo llegar a la conclusión de que la depilación solo tiene como origen una búsqueda estética que responde a unos cánones establecidos. Si hubiéramos crecido rodeadas de referentes femeninos velludos, ahora las cosas serían diferentes. Realmente la depilación púbica femenina empezó con la democratización de la pornografía. Antes una vulva con vello se consideraba hermosa. Ahora parece ser más importante cómo nos vemos que cómo nos sentimos.

El vello

Así como esos pelitos pequeñitos que están en la entrada de la nariz nos protegen de muchos gérmenes, pasa lo mismo con el vello púbico. El vello aparece, además, para indicarnos que estamos pasando a una fase más adulta. El vello nos protege, amortigua el impacto o de fricciones sobre el pubis, una zona delicada y se encarga de proteger los genitales externos. Además, dicho vello hace que no sea posible que el sudor llegue a estos genitales, lo cual podría generarnos picor o infecciones. Pero no acaba ahí su función: en el vello púbico se encuentran unas glándulas sebáceas que humedecen la zona y segregan feromonas que estimulan el deseo sexual. Al final, casi todo es positivo. Depilarnos este vello no es, por tanto, más higiénico.

Riesgos de la depilación

La depilación conlleva riesgos según el método que se utilice. La cuchilla, por ejemplo, puede generar lesiones, irritaciones o heridas. Esas pequeñas heridas favorecen la entrada de microorganismos que pueden hacer que aparezcan infecciones (verrugas o herpes) o picores. Si te has pasado la cuchilla alguna vez sabrás, además, que genera muchos pelos enconados, que se inflaman y enrojecen la zona. En el caso de la crema depilatoria, el riesgo es diferente: estamos tratando la zona del pubis y la vulva con un producto químico que actúa sobre la queratina del vello provocando su caída, como si se tratara de una quemadura. La zona de los genitales es tan delicada que su uso extremo podría dañarla a la larga provocando reacciones alérgicas o inflamación en la piel.

En cuanto a la cera, ya sea fría o caliente, ya sabemos más o menos que ocurre. Sometemos toda la zona genital a tirones fuertes lo cual puede hacer que sufra mucho. Algunas de las cosas que puede provocar son infecciones como verrugas genitales, quemaduras (al utilizar cera caliente), cicatrices o la rotura de pequeños vasos sanguíneos. Si hablamos de la depilación láser, estamos hablando de un tipo de depilación que elimina o debilita los folículos pilosos mediante fotodepilación. Quizás sea el método más seguro (aunque vaya en contra de la naturaleza) siempre y cuando se haga con alguien que sabe del tema. Aún así algunos de sus riesgos son inflamaciones, picor en la zona u hormigueo.

Aunque hemos explicado cuáles son los riesgos no quiere decir que esto vaya a ocurrir en todos los casos, son posibilidades que debemos tener en cuenta y que debemos saber para realmente pensar si es decisión propia o es un comportamiento impuesto. Una vez lo sepas al menos tendrás en cuenta a qué te expones. No olvides que la opción de no depilarse también existe y es igual de hermosa.

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