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Tampones, salvaslips o compresas son los productos que hemos utilizado a la largo de nuestra vida para la menstruación porque tampoco existían otras opciones o porque nos enseñaron que esos eran los productos que debíamos utilizar. Pero esto no ha sido así siempre, antes de que existieran estos productos las mujeres utilizaban compresas hechas de tela que lavaban y volvían a utilizar. Después de esto fue cuando aparecieron los productos de higiene íntima que, aunque se crearon para que nuestra vida fuera más fácil, han ido poco a poco destrozando el planeta en el que vivimos.

¿Cuál es el impacto de los productos?

La contaminación que generan los plásticos es uno de los problemas medioambientales más importantes a los que nos enfrentamos hoy en día. El cambio climático es real y sucede por este tipo de desechos que ponen en peligro, sobre todo, a los océanos y las especies marinas que habitan en él. Esto no nos lo inventamos, como explica Greenpeace, más de 10 millones de toneladas de basura llegan cada año a los mares y a los océanos y el 80% de ellas contienen plástico. Por mucha rabia que nos genere, los productos de higiene íntima son uno de ellos. Cualquier persona a la que le preguntes te responderá que, en algún momento de su vida, ha visto flotando en el mar una compresa o un tampón. Puede que estos datos no te impacten, los contaremos así:

A lo largo de nuestra vida podemos llegar a utilizar más de 9.000 compresas y tampones y el tiempo que tarda en biodegradarse cualquiera de estos productos es un total de 400 años. Esto quiere decir que la primera compresa que utilizaste en tu vida, todavía no ha desaparecido de la faz de la Tierra. Solamente en España se desechan 2.930 millones de compresas y tampones en un solo año. Si multiplicas esa cantidad por 400 años, te darás cuenta del tiempo total que abarca que usemos estos productos cada vez que tenemos la regla y de cómo impactan en el medio ambiente.

¿Qué contienen estos productos?

Puede ser sencillo imaginarse estas cantidades pero, ¿por qué tardan tanto en biodegradarse?, ¿qué es lo que tienen dentro que daña al planeta? Los tampones, por ejemplo, están hechos de algodón blanqueado o rayón, lo cual puede tener dioxinas, es decir, compuestos químicos que se producen a partir de unos procesos de combustión que incluyen al cloro. Además contienen fibras, fragancias y pesticidas, todo ello para, digamos, ocultar el olor de la regla. Se trata de un producto que puede ser poco seguro para la salud. No solo es el mismo tampón el que acaba dañando al planeta, sino también su aplicador, hecho completamente de plástico. Esto hace que el tiempo que tardan en biodegradarse de multiplique.

¿Cuál es la diferencia si utilizas la copa?

La copa menstrual no solo se puede reutilizar sino que tiene una duración de aproximadamente 10 años. Es decir que, en esos 10 años, habrás dejado de lanzar al planeta miles y miles de productos de higiene íntima. Las cifras, aproximadamente, concretas son: 10 años usando la copa equivalen a unos 1.800 tampones. Esto quiere decir que, si una mujer tiene la menstruación durante unos 40 años, necesitará o bien cuatro copas menstruales o bien 7.200 tampones o compresas. Las cifras, desde luego, son convincentes.

Es por ello que, desde MeneCup, animamos a todas las personas que menstrúan que den el paso de utilizar una copa menstrual porque no solo es respetuosa con el cuerpo sino también con el planeta. Hacer que el medioambiente esté a salvo está en nuestras manos.

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